Recibimos el siguiente articulo publicado en la revista «Vidas Maestras» de Cantabria año 2009
En el num. 47 de la revista Encuentros publicamos el siguiente artculo sobre Nicanor
IN MEMÓRIAM: Nicanor Velasco
ENTRE CUENTOS Y CUENTAS
Permitidme que os desvele un pequeño secreto de familia, pero es que a Nicanor no se le podría entender del todo sin saber lo que os voy a contar. Y que me perdonen las personas e instituciones por citarles.
Como creo que todos conocíais, Nicanor procedía de una familia de un pueblo de Burgos llamado Sotragero, que está a tres kilómetros de Vivar del Cid y a cinco de Quintanadueñas, de donde es originaria la familia Calleja. Sucede que mi madre se apellidaba Calleja de primero y Calleja de segundo, pues se habían casado mis abuelos siendo primos carnales entre sí. Quiero decir que nuestros genes y nuestra sangre estaban impregnados del apellido de los Calleja. Este apellido es el de Saturnino Calleja, el de los cuentos. El padre de Saturnino Calleja y nuestro antepasado Juan Esteban Calleja, eran hermanos. El padre de Saturnino, Fernando Calleja, se fue a Madrid y creó un negocio de libros que luego su hijo Saturnino Calleja hizo mucho más grande hasta convertirlo en la editorial más importante de España, allá por el primer tercio del siglo veinte. La importancia en el mundo de la enseñanza de nuestro antepasado fue enorme. El influyó definitivamente en los métodos de enseñanza en la escuela aportando relatos, métodos de enseñanza y libros de texto innumerables. Llegaba a editar hasta tres millones de ejemplares anuales de diversas materias didácticas y de ficción. En nuestra casa estaban los Cuentos de Calleja muy presentes como algo perteneciente a nuestra familia.
Yo estoy seguro que a Nicanor le corrió por las venas esa sangre Calleja, y si no, ¿cómo se pueden entender esos bellísimos poemas dedicados a su hijo y escritos cuando la muerte le intentaba adelantar. Pero es que quien en momentos tan decisivos reacciona de esa manera tan llena de belleza, la vida le ha dado algo que sólo los que sienten el arte, la música, la literatura pueden comprender. Esta carrera de la vida, también encaja muy bien con su cargo en la federación de ciclismo, de la que era el tesorero y encargado de las cuentas. Ahora os digo lo de las cuentas y cuentos.
Resulta que a unos familiares lejanos nuestros les pasa lo mismo, ya que una hija de Saturnino Calleja, que se llamaba Carmen Calleja, se casó con Gonzalo Fernández de Córdoba, (de los del Gran Capitán), y entonces los hijos llevan los apellidos Fernández de Córdoba de primero y Calleja de segundo. Cuando les preguntan ocasionalmente por las filiaciones y dicen el primer apellido, Fernández de Córdoba, la pregunta obligada es “anda, ¡como el de las cuentas? Pues sí”, y luego cuando dicen el segundo apellido, Calleja, la obligada observación: “anda, como el de los cuentos”. Así que su vida transcurre entre cuentas y cuentos. Esto lo contó Enrique Fernández de Córdoba en su libro sobre Saturnino Calleja, pero qué bien se le aplica a mi hermano Nicanor. Se ha pasado la vida entre cuentos: su amor a la literatura, a la lectura, a la enseñanza y cuentas: su sentido del ahorro y su labor en la federación de ciclismo.
Gracias a todos los que habéis compartido con él vuestra vida, vuestro trabajo y le habéis apreciado como se merecía.
Se me olvidaba algo importante para los que sois de Cantabria y quiero que conozcáis. Me comentaba mi hermano, que vivió aquí prácticamente toda su vida profesional, que cuando alguna vez le preguntaban de dónde era y él decía que de Burgos, la gente se sorprendía, porque todos pensaban que era de Cantabria. Pues bien, resulta que el apellido Calleja es originario de Santander, de un lugar llamado “La Calleja”, cerca de Santander, luego tuvieron casa solariega junto a Laredo y otra en el lugar de Muriedas del Ayuntamiento de Camargo. Después se extendieron por la provincia de Burgos y por toda España. Veo que el amor que tenía mi hermano Nicanor a esta tierra le venía desde la raíz. Siempre hablaba con entusiasmo de Cantabria, de las cosas que se hacían y se proyectaban, sobre todo en el momento que le tocó vivir cuando tuvo que echar a andar el Instituto de Bezana, junto al “equipo” de docentes, del que siempre me hablaba y que ahora he tenido el honor de conocer. Creo que a él Cantabria también “le ponía” y que me perdone mi muy admirado Señor Revilla por copiarle esa frase tan plástica, que expresa como ninguna otra lo que debemos sentir por nuestra tierra.
Ayer le cremamos y el fuego iba desprendiendo los átomos de su cuerpo, unos convertidos en energía y otros por ahí dispersos en el aire, en el agua y en la tierra. Nick, esos átomos y esa energía van a estar para siempre por ahí, haciendo dios sabe qué, por el aire, el agua y la tierra de Cantabria, de donde eras originario. Esa es tu eternidad,
Tu hermano